este minuto es de piedra patio de mi casa antigua el mismo airecito en la temporada de hospicio
banquito de yute piel de limonero
hijos somos de un sol embalsamado
miércoles, 15 de abril de 2009
Con este poema obtuve el primer premio en el "V Certamen Nacional de Poesía y Narrativa". Formó parte de una antología llamada "Tierra que palpita". Gracias a este trabajo publicaron mi primer libro de poesía "1500 fuegos y una madrugada en llamas" acertaciones
I la maldita premonición de celebrar el final del laberinto pregonar sin titubeos la muerte de la estrella el último abanico emplumado en el crepuscular exacto de aquel beso
experimentar el hálito fresco aquella bocanada de vida que vimos en esa película al percibir al trasluz ese tapiz perderse en el embrujado enhebrado del presentimiento en flor mayúsculo
anunciándose marchita y acertando el fétido olor del adiós de la despedida
II en el hondo tejido de mi afecto se halla resuelto el enigma azul que me acompaña desde el nacimiento hasta que todo termine marcando la hora sobornando arenas engranajes agujas manos de viejo al término de cada juego adivino los tantos y me cierran
el tablero de tus recuerdos lo soñé al primer segundo cuando subí al faro del ojo ciego que guía a los navegantes en círculo eterno de piel en invierno soñando el amarillo liberando gritos de hielo cuando el cono de soledad que los acompaña se apiada de sus almas y le abre un pedazo de cielo para que vaguen sin permiso de dios y de algún que otro santo remedio
mientras preparan la cena de los perdedores de ilusiones que cuelgan con palitos en la soga que usan en el cuello los cisnes que celan su libertad desde que el tiempo es tiempo y es lo mismo que ahora epílogo de nada en el paisaje sonoro del gris cielo mío grieta desconocida del amor la misma que se ofrece a retazos tan previsible como tormenta
III mi pañuelo es de adivinos
es el regalo de dios que dejó a los que me acunaron cuando chico me llevaron a recorrer el valle de los insomnes esos que conocen los secretos del mundo como nadie pues llevan el orificio del vientre siempre atento y abierto a la noche y su prédica en fauces sin sueños fabricando conjuros de vidrios por pedacitos que tiemblen al menor parpadeo y alumbren criaturas de arena de lunas de tiempo
cuando la voz torna en eclipse nada conmueve al gigante y todo es de los hombres subterráneos
le otorgan un nombre al agua rozan el césped parpadeando el sol y siembran semillas huracanadas y al saberse derrotados aguardan la penumbra
todo cuanto declaro enseñaron los dueños de las montañas de piedra sacrificio tras sacrificio hicieron de mí este esqueleto transparente fuente de todo misterio sin fondo misma profundidad a flor de piel con la que esperan parir criaturas sin espejos que cumplan funciones de centinela presagiando tormentas traiciones infanticidios convulsiones sarcasmos un par de delicadezas con las que se alimenta de forma voraz una periferia de violentos ojos
IV un juego con nueces simulando una mirada para el búho guía de los bosques de piedra movedizas y eternas
el tiempo era un tiempo de terror
las tres manos del mago indican con su índice bífido los caminos mellizos que infinitamente recorren los olvidados de brújula escondidos a tiempo del secuestro arrasador de puentes y corazones imponiendo tarifa de sufrimiento y destierro llevando sus colgantes cual medallones de harina arriados en mi aliento de no-da-más cautivo de derrapes rehén contra las cuerdas murmurando a dos voces la triste noticia del mundo es que existe eso y eso otro también existe
V la luna dividió todo cuando reinaron sapos de oro plata y zafiro desde sus cunas rancias de poder silbando la canción natural que al mismo tiempo se escucha desde todas las calles en horas distintas con invitados de turno en trajes de verde inspiración aunque la canción sea triste y distante la vibran alegre y de una sola vez la aprenden así la enseñan y la celebra el claque
en partituras vejadas de humanidad junto a la vidriera enrostrada en la carita de castigo de algún chico que fue recordándola a distancia aunque vuelva a abrirse la herida seca partiéndole en dos de una sola puñalada la tristeza madura
bailan alrededor de esa canción siguen bailando aunque ya no suene o bien no haya sonado nunca y todos la canten de memoria esa canción de textura tan nuestra
VI en aquella fiesta todos jugaron a ser reyes hubieron cuples de polvos aromáticos y encierros a orquesta plena ninfas sibaríticas bailando al son de obuses nucleares despanzurrados en sus charcos narcóticos de semen de sudor
suena así desde el génesis al momento que el gran pájaro de fuego se inmoló abrió las puertas a tiempo y al derretirse fue la bendición y la condena
satrapias de corazones ungidos en el desencuentro para que celebre el infinito su obra insaciable su gloria su perdición
condenado a vestir por años su figura trágica como ridícula sin ella es una canción de cuna en el desierto engendrada a su imagen para vomitarlo escupirlo en trozos de miradas sin fin voces atrapadas sin madres gestos huérfanos de misericordia.